Artículo Original: http://www.administradores.com.br/artigos/tecnologia/cancelei-a-minha-conta-no-whatsapp/74305/
Cuando una herramienta creada para ayudar en la comunicación
comienza a tomar un rumbo absolutamente contrario, llega la hora de abandonar
el barco.
Me decidí. Cancelé mi cuenta de whatsapp. Yo demoré cierto
tiempo, comparado con mi círculo de convivencia, para iniciar en el aplicativo.
Hubo un encantamiento inmediato sobre la facilidad de compartir mensajes,
videos, imágenes, pero el efecto “nefasto” que la aplicación provoca en las
personas me hizo abandonar la idea de tenerlo.
La palabra “nefasto” puede hasta sonar pesado para algunos,
pero, de hecho es así que pasé a ver las cosas. Ir a un bar, estar en una
confraternización/aniversario, encontrarse con amistades. Es casi un regla
(Principalmente se ud. Tiene entre 12 y 35 años), siempre estarán aquellos que
no despegan los ojos de la pantalla del celular y entran a su mundo paralelo
digital, generalmente en el Whatsapp o Facebook.
Las personas alrededor de esos “ultra conectados” parecen
meras piezas de un escenario paralizado en el que solo acontece la interacción
real en tres momentos. En la llegada al local (solo porque es necesario saludar
a las personas); en el momento de la foto (claro, la foto va a parar a las
redes sociales para que el mundo vea como uno se divierte) y en el momento de
irse (incluso diciendo que estuvo buena la reunión y que se tienen que volver a
ver).
El problema es que ese número de personas alienadas se está
multiplicando. Llega al punto que no existe un diálogo, cada uno queda inmerso
en su mini pantalla. Eso, cuando la conversación entre las personas no es tipo:
“Viste aquel video en whatsapp? Tienes que verlo, es muy chistoso. Te lo estoy
enviando”. Sí, esa es apenas una de las malas situaciones que nos presenta el
whatsapp, pero no profundizaré en otras.
La cuestión es que vivimos en plena era de oro de la
comunicación, donde todo tienen posibilidades infinitas para integrar, pero tal
vez sea el momento más crítico de la historia de la comunicación. Hace falta de
diálogo, convivencia, interacción con quien está a nuestro lado. Hasta llamar
por teléfono ya está pasando de moda. ¿Exagero? Las operadoras de teléfono están
acompañando esta tendencia de comportamiento e invirtiendo su marketing, no se
ofrecen más planes para llamar sino, ahora, son los planes con internet.
Creo que el siempre optimista filósofo Pierre Levy, cuando
describió el concepto de inteligencia colectiva no imaginaba que el WhatsApp
pudría haberse inventado. O hasta lo imaginaba pero no sabía que las personas
iban a preferir la aplicación que la interacción cara a cara.
Que tal reflexionar
Creo que este asunto de cómo lidiamos con el internet y con
el hecho de estar conectado 24h cabe una reflexión. Usted: ¿Cómo lidia con esa
conexión con las redes sociales y las aplicaciones del celular?.
Tal vez no esté en el momento de evaluar y reflexionar sobre
el tiempo que le dedica a ellos? Creo que la reflexión vale, principalmente,
para aquellos que se encuentran en el perfil de sentir necesidad de ver el
“timeline” constantemente, que cambian la lectura de un libro por ver videos
chistosos en internet o hasta no logran realizar alguna actividad o tareas de
su rutina por falta de concentración que las que las redes sociales y
aplicativos como WhatsApp generan (¿)
No estoy en contra de las redes sociales y aplicaciones, por
el contrario, creo que son fuentes de interacción, entretenimiento y hasta de
negocios muy válidas. Entonces, percibo cierta alienación que esa conexión
provoca en muchos. No quiero causar una revolución en ese aspecto, apenas
propongo que se busque encontrar formas de equilibrar la balanza de lo real y
lo virtual.
Mientras eso no suceda, creo que es mejor cancelar mi cuenta
de WhatsApp.
Facebook: www.facebook.com/deyserperu
Twitter: @deyserservicios
E-mail: deyser_horna@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario